Ugonna Onyeka-Okelu

Agradecida a la UNED, al Ayto. de Puertollano y a Harambee ONGD

¿Qué pensó y sintió cuando supo que Harambee le había otorgado una de las becas de investigación de la UNED, financiadas por el Ayuntamiento de Puertollano?

Cuando supe que la UNED, que es la Universidad con más alumnos de España -más de 14.000- y una de las más prestigiosas, me había otorgado una beca de investigación, sentí una mezcla de emociones. Por un lado, estaba profundamente agradecida y honrada por la oportunidad de formar parte de una institución tan reconocida; me sentía orgullosa al pensar que mi trabajo y mi potencial habían sido valorados por una universidad de este calibre, lo que me llenó de orgullo y de motivación para dar lo mejor de mí.

Por otro lado, también sentí una gran responsabilidad. Sabía que esta beca representaba no solo una oportunidad para crecer como investigadora, sino también un compromiso de contribuir con excelencia a la oportunidad de trabajar en un laboratorio de vanguardia como el ISFOC, junto a grandes científicos. Fue un momento de reflexión sobre cómo esta experiencia podría impactar mi desarrollo personal y profesional, y también de emoción por lo que estaba por venir.

Estoy muy agradecida a la UNED por la creación de esta cátedra para investigadoras africanas, al Ayuntamiento de Puertollano que dedica parte de su ayuda al desarrollo a financiarlas, pienso que no hay mejor manera de ayudar al desarrollo en África que impulsando la investigación científica ni de ayudar a la igualdad que destinando esta ayuda a las mujeres científicas y a Harambee que ha sido la creadora de este programa de becas y me ha considerado digna de recibir una de ellas.

Ugonna nos confirma que la enorme brecha de género que existía en Nigería en el área de la educación, se va estrechando cada día y cada vez son más las niñas que logran estar escolarizadas, como pasa en su ciudad, y es que el pueblo Igbo, mayoritario en el estado de Enugu, concede una gran importancia a la educación de los niños.

Me ha encantado la vida en Puertollano

Ugonna vive en Enugu, capital del estado del mismo nombre, que se encuentra en el centro de la región sureste de Nigeria. “Una ciudad alegre y tranquila, parecida, -de alguna manera-, nos dice a Puertollano” donde ha vivido los últimos tres meses como investigadora del ISFOC.

¿Qué es lo que más le ha gustado de la ciudad de Puertollano

Me ha encantado la vida en Puertollano, especialmente su gente y el fuerte sentido de comunidad. El ritmo de vida tranquilo y sin prisas me recordó mucho a mi hogar, y rápidamente me sentí como en casa. El pueblo es tan accesible y seguro que podía dar largos paseos. A menudo me encontraba caminando sin un destino específico, simplemente disfrutando del ambiente. Lo que más me ha gustado han sido las iglesias. Todas son impresionantes; cada vez que entraba en una, sentía que estaba entrando en un pedazo de historia. Recuerdo una tarde en la que me topé con una iglesia pequeña durante un paseo, y su belleza tranquila me dejó sin palabras.

Pero lo que más ha marcado mi estancia ha sido la calidez de la gente, siempre me sentí bienvenida, ya fuera con una sonrisa amistosa de alguien en la calle o en una conversación casual en un café. ¡Y el vino! No puedo olvidarme del vino. Probé algunos de los mejores vinos de allí, compartidas con locales que parecían disfrutar tanto presentándomelo como yo al probarlo.

¿Has tenido ocasión de conocer otros lugares de España?

He podido visitar otros lugares y en todos he aprendido a valorar el equilibrio que hay en España entre el trabajo y la vida personal, los valores familiares y su diversidad regional. Cada región tiene sus propias tradiciones, gastronomía e incluso idioma, lo que refleja el rico tapiz cultural de este país.

Los españoles disfrutan de muy buena vida.

¿Qué costumbres o modos de vida de los españoles le ha sorprendido más, o ha encontrado más diferente de los de su país?

Una de las costumbres que más me sorprendió es la siesta. Al principio me pareció extraño que se dedicara parte de la tarde a dormir, pero me inspiró mucho esta forma de priorizar el bienestar. También me ha llamado la atención el horario y ritual social de las comidas y cenas, que siempre se convierten en momentos de conexión. Me encantó ver cómo la comida reúne a las familias y amigos durante largas conversaciones y risas. Las fiestas y festivales también fueron fascinantes. Es increíble cómo las celebraciones llenan las calles de música, colores y alegría. Los españoles disfrutan de muy buena vida.

¿Tiene alguna referencia a la científica española Guadalupe Ortiz de Landázuri, en cuya memoria se crearon estas becas?  

Sí, claro, me resulta inspiradora la capacidad de la Beata Guadalupe de integrar a la perfección su fe, su carrera científica y su trabajo por el bienestar de los demás. Fue una mujer pionera que promovió la educación de las mujeres, empoderando a muchas a través de las escuelas y los proyectos sociales que dirigió. Su vida es un testimonio de coraje, dedicación y servicio, equilibrando una carrera exitosa en la ciencia con una profunda espiritualidad y contribución social.

¿Qué piensa que podemos hacer desde ONGs como Harambee para ayudar a que las mujeres africanas tengan mayores cuotas de igualdad en el mundo profesional? 

Seguir con la buena labor de ofrecer oportunidades como la que me han dado a mí a otras mujeres. Como he dicho al principio, estoy muy agradecida a Harambee, a la UNED y al Ayuntamiento de Puertollano por haber confiado en mí. La Beca Guadalupe no solo me ha abierto un nuevo campo de investigación que me proporcionará mayores ocasiones profesionales sino que también he podido conocer equipos de tecnología más avanzados con los que he aprendido nuevas formas de mejorar mis procesos y mi eficiencia y que podré dar a conocer a mis colegas a mi vuelta a Nigeria.