Las africanas son muy emprendedoras porque sobre ellas recae la responsabilidad de alimentar a sus hijos. Las del mundo rural trabajan un pedazo de tierra para lograrlo y las de la ciudad, si saben leer y escribir, buscan un empleo. El resto –más del 60 % de las mujeres adultas son analfabetas- trata de sobrevivir vendiendo cualquier cosa que puedan conseguir, con el hándicap de que actualmente todas las comunicaciones se realizan por WhatsApp, que son incapaces de leer. Aprender a leer, escribir y calcular se convierte en una necesidad primaria para todas las mujeres

El objetivo es capacitar profesionalmente a chicas jóvenes y mujeres de ambientes desfavorecidos, que no han tenido oportunidad de ir al colegio, para que puedan tener un futuro. 

Harambee  proporciona cursos de alfabetización en diversos centros de formación profesional de distintos países de África subsahariana. El programa dura dos años, de clases nocturnas. En el primer curso se aprende a leer, escribir y calcular. En el segundo se  practican estas habilidades y se aprenden nociones de marketing y contabilidad, junto a un oficio, si no lo tienen. Los centros de formación profesional cuentan con bolsas de trabajo, para proporcionar un empleo a las mujeres.

El proyecto de alfabetización se inició con el patrocinio de la marca René Furterer de los laboratorios Pierre Fabre que han financiado la formación durante dos años de 12 mujeres costamarfileñas en el centro de Formación Profesional Yaraní de Abidjan, al que se ha denominado “Dale un futuro”

El proyecto está abierto a nuevos patrocinadores porque existen muchas otras mujeres, de diferentes países, esperando esta oportunidad.

Otra dimensión del Proyecto “Dale un Futuro” es la organizada por jóvenes profesionales españolas (en torno a 20 personas) especialistas en educación y sanidad  que cada verano realizan, durante un mes,  tareas de voluntariado en poblados africanos, organizando talleres formativos para proporcionar conocimientos de alfabetización, habilidades y herramientas para la mejora de las condiciones básicas higiénico-sanitarias y de educación. Y sobre todo, para empoderar a las mujeres haciéndoles conscientes de sus capacidades.

Estas jóvenes españolas además de impartir talleres de alfabetización, higiene, nutrición, costura, cocina, en su viaje a África llevan con ellas material sanitario y máquinas de coser, que enseñan a manejar a las mujeres y que se quedan en el poblado, como propiedad de la comunidad.  En algunos de los poblados a los que han ido, también han construido un edificio comunitario, para que sirva como lugar de trabajo y reunión de las mujeres del poblado, que así disponen de su propio espacio, en el que se pueden almacenar los materiales sanitarios, de costura, higiene, etc.