En Kenia, como en la mayoría de los países de África subsahariana, hay multitud de jóvenes trabajadores y brillantes que  no pueden acceder a la Universidad por carecer de medios para sufragar las tasas universitarias o para mantenerse en la ciudad donde se encuentra la Universidad, donde es difícil encontrar un trabajo compatible con los estudios.

La Universidad de Strathmore, situada, justo enfrente del slum de Kibera en Nairobi, (el mayor asentamiento informal de toda África), inició hace años un programa de voluntariado entre sus estudiantes, al que denominó Macheo. Los universitarios de Strathmore que deseaban  participar en el programa se comprometían a dedicar la mañana de los sábados a dar clases de recuperación a los estudiantes de bachillerato que lo desearan, de los colegios del slum, para que pudieran obtener buenas notas en los exámenes de selectividad y conseguir una beca universitaria. Pronto se dieron cuenta de que eran muchos más los chicos y sobre todo chicas que merecían una beca que el número de becas ofertadas. Desde entonces, el programa Macheo, además de dar formación, intenta conseguir fondos para sufragar los estudios universitarios de jóvenes brillantes sin recursos.

Cuando solicitaron ayuda a Harambee en este sentido, nació en España el proyecto Kazuka, una iniciativa de sensibilización de jóvenes universitarios españoles sobre la realidad de jóvenes -chicos y chicas- de África subsaharina, que a pesar de la excelencia de su currículo, no pueden estudiar por falta de medios económicos.

Lo iniciaron un grupo de universitarios españoles -entre 25 y 30-   de la Universidad de Jaén –  que se comprometieron a financiar los estudios de un o una joven keniana, consiguiendo con su trabajo o con sus ahorros 10€/mes para financiar la beca universitaria. En realidad esta aportación les dio para sufragar dos carreras universitarias  la de Jeff, en CC de la Comunicación y la de Violete en CC. Económicas.

Este proyecto, que nació en Jaén, como fruto de la solidaridad de jóvenes españoles con jóvenes africanos que no disponían de sus mismas oportunidades, ha  sensibilizado también a  otros donantes  que han querido dirigir sus aportaciones a pagar la carrera de otros jóvenes africanos.