Se acerca la Navidad y, el 11 de diciembre, la Asociación Cultural Antonio Salieri, como viene siendo ya tradicional, vuelve a preparar la nueva edición del ineludible y muy esperado ‘Concierto Familiar’ que desde 2007 organiza la Fundación Schola a beneficio de Harambee. En este caso, a favor de los proyectos de las religiosas canosianas de los campos de refugiados de Jabarona y de El Obeid, cerca de Jartúm (Sudán) cuya labor es fundamental para la educación y asistencia básica de familias y niños allí asentados.

Este año, 2010, que podría habernos inspirado el diseño de muchos espectáculos musicales distintos por estar cargado de acontecimientos históricos: el 200 aniversario del nacimiento de Chopin, el 150 de Albéniz, el 90 de Miguel Delibes, el 200 de la independencia de los estados hispanoamericanos… ¡Era difícil elegir, pero había que hacerlo! Y, tras mucho meditarlo, se ha optado por dos figuras italianas del mundo de la música: Luciano Pavarotti, fallecido hace tres años y que habría cumplido 75 en el año en curso, y, por razones obvias, Antonio Salieri, que hubiera cumplido 260.

El primero ha sido uno de los tenores contemporáneos más famosos y uno de los principales impulsores del grupo “Los Tres Tenores” fundado hace exactamente 20 años. Bajo este nombre, José Carreras, Plácido Domingo y él dieron la vuelta al mundo con obras hasta ese momento consideradas elitistas, haciendo populares fuera de selectos teatros las arias que en otro tiempo estaban reservadas para lujosos telones de terciopelo bordado y elegantes lámparas de cristal. El trío dirigió sus esfuerzos a dos objetivos principales: uno, el acercamiento de la música clásica al público general; y dos, la recaudación de fondos para obras benéficas y humanitarias. Objetivos inspirados quizás en la vida de Antonio Salieri que dos siglos antes llevó la Música a todas las clases y sufragó con ella varios institutos de caridad.

Salieri, autor de más de 40 óperas de éxito y prestigio, fue durante casi la totalidad de su existencia el máximo representante de la vida artística y cultural europea. Famoso mundialmente a raíz del filme Amadeus, fue profesor del hijo de Mozart, y de Beethoven, Schubert, Liszt, Czerny, Hummel o Meyerbeer, así como fundador del Conservatorio de Viena.

Con esta explicación no será difícil que cualquiera entienda por qué el programa del concierto de esa noche se haya denominado “Los Tres Divos” y cuente con el sabor misterioso de una voz… venida desde lejos.