Adele Kouamé es una mujer increíble, hecha a si misma, que ha pasado del analfabetismo a convertirse en empresaria.

Adele no tuvo oportunidad de ir a la escuela, se casó pronto y tiene cuatro hijos, tres niñas y un niño. Con el sueldo de su marido no llegaban a fin de mes así que para sacarlos adelante empezó a trabajar como aprendiz en una peluquería que había en su piso. Su destino era estar lavando cabezas el resto de su vida, hasta que un día, una hermana suya le habló de las clases de alfabetización en la escuela de Formación Profesional Yarani.

En Yarani, le proporcionaron una beca de las que Harambee da para la Promoción e Igualdad de la Mujer y allí aprendió a leer y a escribir bien en francés, así como conocimientos de contabilidad y administración empresarial. Más tarde, gracias a un microcrédito pudo hacerse socia de una peluquería y hoy tiene su propia peluquería en la que trabajan ya otras cuatro mujeres.

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