En la República Democrática del Congo si eres un niño y tu familia no tiene dinero puedes morir en las escaleras de un hospital. Tal cual. La sanidad es privada, únicamente para un pequeño porcentaje de la población que puede pagarla. Salvo que acudan al hospital Monkole, en Kinshasa, que abre sus puertas a todas las madres y niños. Aquí lo primero que se pregunta es si el niño ha comido y si no lo ha hecho se le da de comer. Después le atienden o ingresa en alguna de las 150 camas con las que cuenta. Y aunque los pasos han sido importantes, siguen requiriendo ayuda. Como la que Harambee destinará a la maternidad sin riesgos con los fondos recaudados ayer, en Valladolid, en el Concierto Familiar de Navidad que cada año organiza la Fundación Schola.

Aspecto del auditorio durante el concierto

Por séptimo año, solidario de la mano del Orfeón y la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid en un espectáculo grandioso que una vez más agotó el papel con las 1.700 entradas vendidas desde hacía días. «Se han agotado las entradas antes que nunca, la expectación este año era grande», resumía Ernesto Monsalve, director de la Joven Orquesta y del concierto en general.

Ambiente, mucho, en los aledaños del Centro Cultural Miguel Delibes en una cita familiar y navideña para la que cada año se busca una temática original que sea del agrado del espectador.Ambiente, mucho, en los aledaños del Centro Cultural Miguel Delibes en una cita familiar y navideña para la que cada año se busca una temática original que sea del agrado del espectador. Y, como no podía ser de otra forma, en el bicentenario del nacimiento de los compositores Giuseppe Verdi y Richard Wagner, el concierto sirviópara rendir homenaje a los autores de algunas de las óperas más conocidas de la historia.

Tras la bienvenida y agradecimiento por parte de la Fundación Schola por la aportación solidaria con Harambee, y la explicación del proyecto al que se destinarán los fondos, se apagaron las luces para degustar una gran velada presentada por Miriam García y María Nieto. Las dos jóvenes interpretaron, con la recreación de un salón de un hogar navideño, a dos hermanas que se reencontraban en esta época e iban recordando distintos momentos a través de la música. Después, Ernesto Monsalve se encargaba de ir dirigiendo a la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid y el Orfeón, con la colaboración de las corales de la Universidad Juan Carlos y Santiago Apóstol de Madrid.

Arrancó el concierto con ‘La Traviata’ de Verdi para dar a continuación paso a otra de las piezas más conocidas, ‘Rigoletto’. En este caso participó también el tenor Alain Damas para poner voz a la ópera.

A la espera del inicio del concierto

El punto y final al concierto lo puso el tradicional ‘Adeste Fideles’ que el director animó a que fuera también entonado por los espectadores.La tercera de las piezas fue para ‘La Forza del Destino’, también de Verdi, con la participación de la soprano Belén Elvira, que creó con su voz uno de los momentos mágicos de la velada. ‘Tannhäuser’ abrió después la primera de las piezas de Wagner para continuar con ‘Aida’ de Verdi antes del descanso. «He intentado hacer un concierto con un hilo conductor para meter piezas muy conocidas con otras menos populares para abrir el interés por la música. Al estar formada la Orquesta por jóvenes, atraemos a mucha gente que no se hubiera acercado si no estuviera su pariente, y es de la forma que van a conocer la música menos conocida», explicó Monsalve.

‘Lohengrin’ de Wagner, ‘Il Trovatore’, ‘Attila’, ‘Nabucco’ y ‘La Traviata’, todas de Verdi, completaron las diez piezas seleccionadas para el que, según el director, «ha sido el mejor de los conciertos de Navidad». «Es un concierto con sus cosas escondidas porque la música de Wagner no es fácil y hemos hecho un esfuerzo para preparar el mejor de los conciertos de Navidad», añadió el director de la JOSVA.

Presentación de la pieza

Como pieza final se interpretó el villancico ‘Cantique de Nöel’ en un escenario en el que, además de los 300 intérpretes entre coro, músicos y solistas, también estuvieron las niñas del coro del Colegio Pino Albar. El punto y final al concierto lo puso el tradicional ‘Adeste Fideles’ que el director animó a que fuera también entonado por los espectadores. «Ha sido un concierto con un formato de carácter familiar para que pudiera ser cercano a la gente mediante la representación de piezas de ópera de alguna forma desenfadas en la presentación».

Por séptimo año, solidario de la mano del Orfeón y la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid en un espectáculo grandioso que una vez más agotó el papel con las 1.700 entradas vendidas desde hacía días.Las entradas, que tuvieron un precio de entre 10 y 8 euros, se agotaron hace ya unos días gracias a la «apuesta» que los vallisoletanos realizan para mostrar su cara más solidaria a través de la música.

Bajo el lema de ‘Todos juntos por África’, la Fundación Schola organizó así por séptimo año este concierto gracias al patrocinio de la Junta, el Ayuntamiento, la Diputación, la Asociación cultural Antonio Salieri y Castilla y León Televisión, así como de varias firmas colaboradoras.

Al acto acudieron numerosas personalidades de la sociedad vallisoletana, como el portavoz del Grupo Provincial Popular, Artemio Domínguez; el vicario general, Luis Argüello; los concejales Domi Fernández y Alfredo Blanco; el historiador Javier Burrieza; y la directora del Museo Patio Herreriano, Cristina Fontaneda, entre otros.