El encuentro de Harambee Internacional 2010 se inició en Roma en un contexto de ensueño, en la sala de la Promoteca del Campidoglio con el broche de oro de la entrega de los premios a los ganadores de la IV edición del concurso «Comunicar África», destinado a reportajes en vídeo profesionales y videoclips de estudiantes que mostraron la realidad africana más allá de los estereotipos.
Gran optimismo marcó los días de trabajo, ya que son muchos los voluntarios, que quieren sumarse al “todos por África”.
Los delegados de los distintos países se emocionaron con las palabras de los participantes que abrieron la mesa redonda «Arte y cultura en el África de hoy».
Entre ellas las de Mons. Fortunatus Nwachukwu, jefe de protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano quien con pasión aseguró: «¿Cómo se puede ayudar de verdad a África?, sobre todo no dramatizando. ¡África no está muriendo! Los africanos tenemos que asumir nuestras responsabilidades, convencernos de que si seguimos atribuyendo nuestros problemas a los otros no lograremos resolver nada. Es el momento de mirar hacia delante».
A sus palabras, se sumaron las de Giovanni Mottini -presidente de Harambee África Internacional Onlus. , quien aseguró que «si se quiere ayudar, hace falta conocer la vida diaria, lo cotidiano; hace falta recorrer camino juntos. Por eso, es muy importante para los occidentales que se nos cuenten también no sólo los hechos impactantes, normalmente negativos, sino las pequeñas aventuras de todos los días. Historias de héroes cotidianos, de hombres y mujeres africanos que con el paso de los días y con la sonrisa y la esperanza, cambian el rostro de su país, de su continente».
HACER COMPLICE AL DONANTE
Con esta apuesta se abrieron las jornadas de trabajo del equipo de Harambee Internacional y los delegados de los demás países. Las inauguró Giovanni Mottini, quien reforzó los elementos que marcan la identidad de Harambee: Destacó que el proyecto nació como una iniciativa concreta de acción de gracias por la canonización de san Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei y como una invitación a quienes desearan unirse a la posibilidad de contribuir a la financiación de programas de educación en África.
Mostró como se han ido trabajando a lo largo de estos ocho años de vida, proyectos donde convergen los protagonistas que marcan el futuro de una nación: Los padres de familia, los maestros y sus alumnos.
Entre los grandes desafíos que planteó está la importancia de formar no sólo a la mujer -el vector de desarrollo en África-, sino que también al hombre, de allí que una de las líneas de comunicación 2011 de Harambee, será la apuesta por fortalecer la familia en África como clave de desarrollo social.
Destacó, así mismo, la prioridad de la educación por el desarrollo del continente africano y lo fundamental que es hacer cómplice al donante «de manera que él mismo entienda que nosotros priorizamos un trabajo que no se ve en edificios construidos», concluyó.
«El trabajo en África es lento, pero el África sabe ser paciente», aseguró Mottini y por lo mismo Harambee tiene un programa apasionante. «Se trata de cambiar la imagen de África en Europa» -aseguró-. «La cooperación del norte con el sur es un puente, pero se entiende sólo como en un sentido único (del Norte al Sur). El puente tiene el pilar en África, pero no se sostiene si no tiene un pilar en occidente», finalizó.
ESCUCHAR, APRENDER Y HACER LAS COSAS POCO A POCO…
En las sesiones siguientes se mostraron los desafíos económicos, las herramientas comunicacionales que se pondrán en práctica a partir de 2011 y se votaron los proyectos que se apoyarán durante el próximo año. Esta vez la ayuda irá a Sudáfrica, Camerún, Sudán, Mozambique y continuará con el proyecto estrella de Kenia, el TEP.
También los delegados de cada país mostraron una breve reseña de lo realizado para sensibilizar sobre África así como las iniciativas de fundraising para conseguir fondos durante 2010.
Las conclusiones finales apuntaron a que por delante hay un panorama desafiante, pero que al mismo tiempo está todo por hacer, por lo que hay que escuchar, aprender y hacer las cosas poco a poco.
Manuel Sánchez, miembro del Comité Internacional, aseguró que «para trabajar en África y con África se requiere una gran adaptación profesional» y aseguró que «Harambee es también un país en desarrollo: no podemos llegar a todo lo que queremos. Es una casa en construcción. Tenemos el proyecto hecho por el arquitecto, pero tenemos que tener el fundamento sólido».
Y el fundamento reside en que los africanos son los propios protagonistas de su desarrollo. El mayor desafío es facilitar esa tarea y por ello Harambee es una gran herramienta de comunicación.