El voluntariado en África te cambia la vida

La enfermera Vera García voluntaria en Costa de Marfil con Harambee

“Mi vida ha cambiado completamente”

Ésta es la explicación que Vera da a todo el que le pregunta por su experiencia en África. Y es que Vera García, una enfermera abulense que reside en Córdoba, ha decidido pasar sus vacaciones colaborando en el Centro Médico-Social Walé de Costa de Marfil, como voluntaria de la ONG Harambee.

Vera cuenta con una importante experiencia profesional. Ha trabajado en la Paz y en hospitales de Málaga y Marbella, hasta que el corazón la llevó a Córdoba, de donde es su novio.

¿Cómo se te ocurrió hacer un voluntariado en África?

Mis abuelos, que eran médicos, estuvieron viviendo unos años en Angola y contaban relatos increíbles de su experiencia en África. Una de mis tías es microbióloga, especialista en enfermedades tropicales y también ha trabajado en Guinea Ecuatorial. Quizá sus historias han alimentado mi sueño de conocer África, incluso de pequeña les decía a mis padres que iba a ser misionera para irme a África. Al fin lo he conseguido gracias a Harambee.

Pero no se trataba de un capricho, ni de hacer turismo. Lo que Vera deseaba era poder ayudar a los africanos con lo que ella había aprendido en su profesión. A través de Harambee ONGD contactó con el gerente del hospital Walé en Yamusukro, donde la recibieron con los brazos abiertos.

¿Qué te pareció el hospital Walé?

Yo no lo llamaría hospital porque no hay enfermos hospitalizados. se trata de un Centro médico-social que realizan una gran labor no sólo de consultorio con especialidades y aplicación de tratamientos y curas, sino también atendiendo los graves problemas sociales de muchos pacientes. Está muy bien para los medios de que dispone y es diferente de todo lo que hay alrededor. Incluidos otros dispensarios y hospitales, porque está limpio, ordenado y organizado. Cuenta con un magnífico laboratorio y una farmacia bien dotada.

Tiene un problema y es que se ha quedado pequeño para atender a tanta gente. La mayoría de los habitantes de la zona, cuando se encuentran mal, quieren ir allí porque saben que los atenderán y les darán medicinas, aunque no tengan dinero.

¿Tiene atención gratuita?

No, pero casi, tienen unas tarifas pequeñas y si alguien no puede pagarlas también le atienden por algo simbólico. Es necesario cobrar, aunque sea poco para que la gente lo valore. Si fuera gratuito no iría nadie, preferirían ir al brujo o al curandero de su aldea pensando que el centro médico no valía la pena, o tendría segundas intenciones. La gente allí es muy desconfiada y supersticiosa.

Tengo entendido que hicieron una ampliación hace poco con la ayuda de Harambee.

Sí, pero necesitan mucho más. Les gustaría construir un nuevo edificio en un terreno que hay al lado para llegar a tener un verdadero hospital, pero aún no han conseguido los fondos necesarios.

¿Qué enfermedades son las más comunes en esa región?

Las enfermedades infecciosas, como el Sida, el Paludismo o la Drepanocitosis, todas ellas auténticas pandemias en la zona. Y las infecciones que se producen por falta de higiene, también hay mucha desnutrición infantil. Es normal porque los niños no toman proteínas. Si en la casa hay un huevo o un poco de pollo se reserva para el padre y los niños solo toman carbohidratos. Y no solo los niños, también las personas mayores se alimentan prácticamente de hidratos, apenas comen carne o frutas y verduras. Una vez en un restaurante pedí un trozo de buey y tenía un sabor tan fuerte y desagradable que no volví a probarlo. A veces toman pescado, siempre el mismo que pescan en las lagunas, refrito en aceite de palma y con muchas espinas. Tampoco me gustó. Al final te limitas como ellos a comer attieké que es mandioca cocida, batata o pasta.

¿En qué consistía tu colaboración?

Los primeros días los pasé enterándome del funcionamiento de las distintas áreas, luego ya comencé el trabajo de enfermería: anotar las historias clínicas, poner inyecciones, hacer curas, etc. En el tiempo libre he estado elaborando un folleto sobre nutrición de los bebés, en el que las indicaciones y consejos van con dibujitos para ayudar a las mamás que no saben leer.

¿Cómo son los marfileños?

Muy simpáticos, están siempre riendo. También muy serviciales, dispuestos a ayudarte. Todo el mundo ha sido encantador conmigo, el director de Walé me invitó a su casa y conocí a su mujer y a sus hijos y el gerente, Manuel Lago, un español que lleva 40 años en Costa de Marfil, nos presentó a todo el mundo y nos facilitó la residencia de monjas donde estuvimos alojadas y Sandrine, una chica marfileña del Opus Dei que dirige una ONG, nos buscó la mujer que nos hacía la comida y nos ayudó a conocer y adaptarnos a las costumbres de allí. Hablo en plural porque coincidí en el voluntariado con una chica de Portugal, de la que me he hecho muy amiga.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la vida de los africanos de Costa de Marfil?

En el plano positivo me ha sorprendido lo poco que necesitan. No se plantean tener una casa mejor, o muebles, o más comida. Se sienten felices y le dan gracias a Dios por lo que tienen. En el plano negativo la poca preocupación por la higiene. No me extraña que haya tantas infecciones.

¿Cuál es la situación de la mujer allí?

Como en la mayoría de las zonas rurales, las mujeres son amas de casa, trabajan la tierra, o son costureras, peluqueras o vendedoras. Su gran problema es la ignorancia, son analfabetas y no tienen nociones de cocina, de nutrición, o de higiene. Hacen lo mismo que hicieron sus madres, abuelas y antepasadas. En este sentido Walé también realiza una labor increíble, proporcionándoles formación en todos los sentidos.

¿Qué planes tienes a partir de ahora?

Seguir trabajando como enfermera en Córdoba que es la ciudad más bonita de España y en la que tengo mi corazón. También seguiré colaborando con Harambee para ayudar a sus proyectos en Costa de Marfil y en tantos países de África subsahariana.

Como último consejo Vera hace un llamamiento a los profesionales de todos los sectores, especialmente del sanitario, para que dediquen parte de su tiempo libre a dar a los africanos un poco de lo que ellos han recibido, “verán que al final recibirán mucho más de lo que dan, África les cambiará la mentalidad y serán más felices con menos”

Harambee apoya a los africanos también en la respuesta concreta a las necesidades reales locales, que requieren voluntarios cualificados profesionalmente para tareas específicas, infórmate en https://www.harambeeinternationalvolunteering.org/

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