“Las mujeres con educación y formación sanitaria en países donde la tradición lo impide son claves para que sus hijos sobrevivan», sostiene Esther Tallah, Premio Harambee 2016 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana.

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La doctora Esther Tallah, especialista en pediatría, experta en malaria e impulsora de la Fundación Effedi (Ecole, Famile, Educacion Integrale) en su país, Camerún, apuesta por un proyecto de educación en igualdad para las niñas y mujeres de su país, a las que la tradición cultural y familiar impide en más de un 50 por ciento acceder a la escuela. La Asociación Harambee Africa International, con sede en Valladolid y otros puntos de España, ha premiado su iniciativa para avanzar en la ampliación del centro escolar femenino denominado Tiama. La pediatra, con una dilatada experiencia profesional, considera que una buena educación desde la infancia contribuye a mejorar la salud y las condiciones de vida de los niños y de sus madres.

R.-Ha llegado en un momento muy oportuno por que se trata de una escuela joven y la educación de la mujer desde la infancia es muy importante. Solo llevamos dos años de funcionamiento y se ha empezado con enseñanza infantil en una guardería con tres clases distintas, donde hay niñas de 3, 4 y 5 años. La idea es ampliar el proyecto desde abajo y seguir con educación primaria, secundaria y luego universitaria y, por ello, se busca un terreno amplio para a largo plazo ir construyendo los edificios poco a poco a medida que vaya aumentado el número de alumnos. También pensamos en la idea de instalar un comedor escolar si nos van llegando las ayudas de personas y asociaciones implicadas en el proyecto.

R.-El programa permite desarrollar una educación centralizada para que las estudiantes puedan aprender a solventar hándicaps en la vida de un país donde el papel de la mujer se reduce a ser madre y trabajar en el campo. Una de las características del proyecto es que no solo cuenta lo que se aprende en las aulas, si no que la educación se traslada a los padres a través de reuniones mensuales obligatorias para que luego apliquen en sus casas lo que se les transmite. Esta implicación educativa paterna en clave para poder cambiar las tradiciones culturales y el proyecto incide mucho en este ámbito. Además, se aboga por lograr la formación de profesorado para que se vaya incorporando, a la vez que lo hagan los medios materiales que también son precisos para ir creciendo.

R.-De momento el Gobierno están aplicando políticas para mejorar este gran problema y, aunque es cierto que la enseñanza primaria es gratuita en el país, hay una serie de gastos obligatorios que las familias no pueden soportar y las mujeres no llegan a escolarizarse. Además, del inconveniente económico hay otra serie de circunstancias de tradiciones y de creencias, ya que desde la más tierna infancia las familias de las niñas marcan su destino de casarse, incluso cuando están en el vientre materno, y sin posibilidad por ello de ir a la escuela y formarse.

R.-Es verdad que se ha mejorado pero los últimos informes en este aspecto revelan que en el caso de la malaria un niño muere en el mundo cada dos minutos en el mundo por esta enfermedad. Antes era cada seis segundos y aunque se han reducido los casos la malaria sigue teniendo uno de los índices más altos de mortalidad, superando en mucho al SIDA y otras enfermedades, especialmente en menores de cinco años. En el caso del SIDA, las muertes se producen en la franja de 15 a 25 años, sobre todo entre mujeres.

R.-Realmente el problema viene de dos frentes, por un lado del entorno del centro de África en la zona del este, y por otro desde el norte con la llegada de mucha población de Nigeria. Sí existe ayuda por parte de Naciones Unidas y de muchas organizaciones no gubernamentales implicadas, que han organizado campamentos de refugiados cubriendo necesidades básicas como la del agua y la asistencia sanitaria. Otra parte de los refugiados se instalan en el campo con familias camerunesas y son bien acogidos en los poblados.

R.-Todo parte de mi trabajo de campo en los poblados como médico donde me daba cuenta de la dificultad de las mujeres en el nulo acceso a la educación, lo que a su vez impide que luego puedan llevar a cabo buenas prácticas de salud. El proyecto pasa por que las madres tengan formación especialmente en sanidad, ya que son las que realmente educan a sus hijos y de esta forma podrán sobrevivir y los sacarán adelante, mejorando además a la sociedad en general al recibir una enseñanza individualizada hasta el final de su formación.

Yo tuve la gran oportunidad de estudiar con apoyo familiar y quiero que las mujeres de mi país -tanto las que tengan posibilidades económicas como las que no- puedan tener el máximo éxito en su vida contando para ello con estudios adecuados.

Los frutos el proyecto de momento no son muchos, pero sí se ve que los padres -hombre y mujer en la misma medida- responden y se implican a la hora de querer que sus hijas tengan acceso a la escuela y van cambiando de mentalidad. El problema que todavía se observa es que a medida que avanza el nivel de enseñanza las aulas al llegar a la universidad las mujeres casi han desaparecido de ellas y quedan en su mayor parte solo hombres.

R.-Especialmente contaré mi experiencia médica en la lucha contra la malaria y así dar a conocer la realidad de Camerún, que es muy distinta lógicamente a la que se pueda en España con esta y otras enfermedades. Fundamentalmente quiero exponer cómo se realiza la prevención sanitaria frente a la trasmisión de la malaria, además de divulgar el aspecto educativo ya que entiendo que con formación se puede mejorar mucho la sanidad en el país y ese el principal empeño de la fundación que represento.

R.-La verdad es que estamos empezando de cero, con los bolsillos casi vacíos de apoyos aún, y queremos exponer el proyecto por varios puntos de España empezando por Valladolid y siguiendo por Oviedo, Madrid, Barcelona y Valencia. La Asociación Harambee Africa International me está dando la oportunidad, y seguramente se pueda acudir con su apoyo a Francia, Suiza o Alemania para dar un peso más internacional a la iniciativa educativa. Por ello agradecemos mucho que se nos brinde el valor, la valentía y la fuerza que necesitamos para cumplir los objetivos previstos en Camerún.

Entrevista a Esther Tallah, publicada en el Diario de Valladolid