La doctora Esther Tallah presentó al sportinguista Dani Ndi el proyecto educativo que desarrolla en la capital de Camerún.
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Un día, un hombre de una aldea de Camerún llegó sediento a casa de un amigo y le pidió una cerveza. Éste se la dio y, en agradecimiento, el hombre le dijo que su mujer estaba embarazada y que si alumbraba una niña, se la daría en matrimonio. Con solo nueve años, la niña se casó con el amigo de su padre, que ya tenía otras tres mujeres.
Esta historia real es muy común en los pueblos de África y significa, entre otras cosas, que el futuro de las niñas, sobre todo en las zonas rurales del continente negro, está hipotecado, incluso a veces antes de su nacimiento.
Contra esto es contra lo que lucha la doctora Esther Tallah, que estos días está de visita en Asturias, antes de recibir en Madrid esta misma semana el Premio Harambee 2016 a la ‘Promoción e igualdad de la mujer africana’. Ayer recaló en Gijón, donde mostró a su compatriota Dani Ndi, jugador del Sporting, el trabajo que está realizando en la capital camerunesa, Yaoundé.
¿En qué consiste el proyecto de Esther Tallah? Esta prestigiosa pediatra llegó a ser responsable del proyecto internacional para la salud materno-infantil y directora de la Coalición de Camerún contra la Malaria, pero fue precisamente su trabajo el que la convenció de que tenía que centrar su atención en la educación de las mujeres, incluso en cuestiones básicas como la higiene o la lucha contra los mosquitos. Y quiso comenzar a trabajar con las niñas, en un complejo escolar que actualmente cuenta con 40 pequeñas pero que quiere ampliar y extender no solo por su país sino por toda África. «Las tradiciones machacan a las mujeres africanas», apunta, y buen ejemplo es que en su país el 52% de las niñas están sin escolarizar, porcentaje que se dispara a más del 70% en las zonas rurales.
En encuentro de ayer de la doctora Tallah con Dani Ndi fue meramente protocolario. Quiso conocer al sportinguista como compatriota que triunfa en el fútbol español y que poco a poco se está convirtiendo en un personaje de relevancia en su país natal.
Pero anteanoche la doctora ya participó en una cena benéfica en Oviedo para recaudar fondos que le permitan completar la primera fase del complejo escolar Tiama que ha montado en Yaoundé. Y continuará haciendo llegar su trabajo a todo aquel que quiera conocerlo. Hoy mismo se lo expondrá a los alumnos de los colegios Peñamayor y Los Robles.
«Una niña instruida mejora la media de vida, porque se cuida más y mejora la alimentación», explica. Y muchas veces se trata de cosas tan básicas en el primer mundo como lavarse las manos antes de cocinar, hervir el agua antes de consumirla o utilizar mosquiteras para evitar la malaria. La doctora Ana Cristina de Andrés, coordinadora de Harambee en Asturias, explica que «incluso desechan la leche materna durante los primeros días porque, al ser de otro color, creen que es mala. Son cuestiones muy básicas».
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Tallah, todo un ejemplo para la mujer del continente negro
Esther Tallah nació en una aldea del noroeste de Camerún. Fue el empeño de su padre, que valoraba mucho la educación de las niñas, el que le permitió convertirse en una prestigiosa pediatra. Incluso, cuando su padre falleció, éste le hizo prometer a su mujer que seguiría luchando por la educación de sus hijas. Y así lo hizo. Después de estudiar Medicina en la Universidad de Camerún, Esther Tallah consiguió una beca para especializarse en Pediatría en una universidad alemana. Y retornó a su país para trabajar en favor de la mujer africana, en lo que está plenamente empeñada.
Artículo publicado por El Comercio