Esther Tallah es una reputada pediatra camerunesa que ha visto morir a muchos niños, demasiados, entre sus brazos. Por enfermedades que además se podían prevenir como la malaria, las diarreas, la malnutrición… Quizás por eso, porque está convencida de que la prevención es la manera más eficaz de salvar vidas, hace unos años dio el salto y se pasó al otro lado: de la medicina al activismo en la sociedad civil. Ha creado una fundación para mejorar la educación de las niñas y jóvenes de su país y desde 2007 es la directora de la Coalición de Camerún contra la Malaria. Ahora, Harembee, una ONG que impulsa proyectos internacionales de solidaridad y cooperación con África, reconoce su trayectoria concediéndole un premio que le será entregado mañana en Madrid.

Pregunta.– ¿La malaria sigue siendo un problema muy grave en Camerún?
Respuesta.– Por desgracia, sí. La malaria es la primera causa de muerte entre las embarazadas, muchas de las cuales fallecen al dar a luz. Cuando una mujer embarazada tiene malaria, y por tanto anemia, se multiplican sus posibilidades de sufrir una hemorragia durante el parto y de morir a causa de la misma. Y la malaria también es terrible con los críos: de cada 10 ni- ños que mueren en Camerún, cuatro lo hacen a causa de la malaria.

P.– Pero hoy en día, y a pesar de que aún no hay una vacuna eficaz, la malaria se puede prevenir e incluso tratar, ¿no?
R.– Sí. La manera más eficaz de evitar la malaria es dormir todas las noches bajo una red antimosquitos. Eso es lo más importante a la hora
gente que se resiste a utilizar las mosquiteras porque afirma que dan calor, que impiden que el aire circule… En la campaña de 2011 de Camerún, se distribuyeron mosquiteras para el 90% de la población, pero sólo el 60% las usaba. Los jefes de algunos poblados se las quedaban todas para ellos, algunas familias no las utilizaban porque no sabían cómo colocarlas ni para qué… Yo creo que esas campañas deberían incluir enseñar a colocar las mosquiteras y explicar su importancia. También es necesario enseñar a la gente a reconocer las señales de la malaria y a ir inmediatamente al hospital ante la más mínima sospecha, sin esperar a que haya com- plicaciones, porque es necesario actuar en las 24 horas siguientes a la aparición de los síntomas

P.– ¿Cuándo se podría cantar victoria contra la malaria?
R.– Si el 80% de la población utiliza mosquiteras, si éstas se renuevan cada tres años, si se llevan campañas de fumigación en las zonas donde la malaria es estacional, si las mujeres embarazadas y los niños menores de cinco años de esas zonas reciben tratamiento farmacológico para prevenir la malaria, si cualquier persona que sospecha que la ha contraído acudiera inmediatamente al hospital, acabaríamos con ella. Si se hace todo eso, los resultados se verían inmediatamente. Y en cinco o 10 años se eliminaría completamente.

P.– ¿Tiene esperanzas de que se consiga pronto una vacuna?
R.– Glaxo ya tiene una que protege al 50% de la población y que aún no ha salido, creo que lo hará este año. Que proteja sólo al 50% de la población no es óptimo, pero es mejor que nada. La vacuna será especialmente necesaria cuando logremos erradicar la malaria, porque la gente ya no estará protegida naturalmente contra ella. También es muy importante que todos los países en los que la malaria es endémica se muevan al mismo paso. Si no es así, los que se queden atrás reinfectarán a los otros. Recuerde que en los años 50 la malaria era bastante común en Europa, y ahora está erradicada. Se puede acabar con ella.

Publicado en El Mundo por IRENE HDEZ. VELASCO