Doctora Lucía Ojewale

Su padre pensaba que el estudio y el esfuerzo personal eran más importantes que la calidad del colegio por lo que envió a sus hijos a los colegios públicos más cercanos a su domicilio y cuidó atentamente su educación.

“Teníamos que estudiar cada día hasta saberlo todo perfectamente. Quizá por eso no tuve problemas, al finalizar la escuela secundaria, para obtener la admisión en la Escuela de Enfermería del Hospital Universitario, la mejor de todo Nigeria”.  Lucía quería ser una enfermera cualificada, como su madre, así que después de la Escuela se presentó para el grado en la Universidad de Ibadán donde se graduó como la mejor estudiante.

Después de trabajar durante dos años, decidió continuar los estudios de posgrado, en su alma mater, para conseguir doctorarse y desarrollar una carrera académica y científica.

¿Por qué le interesó ir a trabajar a la Universidad de Navarra?

Por un lado, hace mucho que quería dedicar más tiempo y energía a la investigación sin la carga de la docencia y sabía que las universidades occidentales tienen un acceso más amplio a bases de datos de investigación que las economías en desarrollo de África. Por otro lado, conocía la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra a través de colegas nigerianos que se habían graduado allí y hablaban maravillas.

La Beca Guadalupe me ha brindado esa oportunidad única en mi carrera científica.

La profesora Ojewale nos confirma que aunque su país, Nigeria, es uno de los más desarrollados y con más crecimiento económico, de toda África, la mayoría de la gente está sufriendo los efectos de una gran crisis económica debido a la reciente eliminación del subsidio al combustible. Esto ha producido un aumento drástico de la inflación lo que ha encarecido enormemente la comida y la vivienda. “Muchos profesionales y familias de la clase media. Asegura, se están yendo del país en busca de pastos más verdes como se dice aquí. En Ibadán se ha acuñado la frase -Eba odan-  que significa -al borde del prado-  o -del precipicio- como dirían aquí. Una expresión que nació en 1829, durante un período histórico de agitación en Yorubaland”.

Ibadan, con más de 6 millones de habitantes dentro de su área metropolitana, es la capital y la ciudad más poblada del estado de Oyo y la tercera de todo el país, después de Lagos y Kano. Es un lugar muy agradable porque goza de un clima tropical húmedo y seco con temperaturas constantes durante todo el año, incluso de marzo a octubre, que es la época de lluvias. “Tenemos muchas tierras de cultivo, regadas por ríos, y reservas forestales. Pero lo más importante y de lo que nos sentimos más orgullosos es de su universidad”. La Universidad de Ibadan fue fundada por los ingleses en 1948 como un College de la London University, hasta que 1962 que se convirtió en universidad autónoma.

En Nigeria sólo los ricos tienen tiempo para el ocio.

Ha disfrutado mucho de su estancia en Pamplona porque es una ciudad pequeña y «tranquila»: “Aunque Ibadán es mucho más grande es también una ciudad tranquila, y la gente es cálida, hospitalaria y amable como somos los nigerianos. Nadie tolera que otro le hable con rudeza aunque sea su jefe o de una posición social superior, también somos más extrovertidos que los españoles. Nosotros charlamos con cualquier desconocido que encontramos en un autobús, nos damos el teléfono y luego chateamos.”

Una de las cosas que más le han impresionado de nuestro país es la gran cantidad de personas que van a los bares, a los cafés, a los restaurantes y a las terrazas, sobre todo en fin de semana. Parece que los amigos y familiares siempre tienen tiempo de reunirse y divertirse fuera de casa. Creo es un hábito muy saludable. En Nigeria, la mayoría de las personas pasan el día luchando por sobrevivir, por lo que solo unos pocos piensan en descansar, excepto por la noche a la hora de dormir. Solo la gente muy rica tiene tiempo para el ocio”.

Durante su estancia en Pamplona también ha tenido tiempo de hacer turismo con sus colegas de la Universidad. “Todos los profesores han sido muy cálidos, y serviciales; esto era importante para mí ya que era la primera vez que pasaba tanto tiempo lejos de mi país, incluso los fines de semana me han acompañado a visitar muchos lugares hermosos e históricos. He tenido el privilegio de visitar algunos de ellos como Logroño, el palacio de Olite, el castillo de Javier y el de Ignacio de Loyola, Gexto, San Sebastián y otros pueblos cercanos”.

Considera que esta beca le ha proporcionado una de las experiencias más bonitas e interesantes de su vida “Siempre atesoraré los recuerdos de mi estancia en Pamplona, la gente con la que viví, los amigos de la Facultad; el personal de enfermería y especialmente los Drs. Maddi Olano-Lizaraga, Jesús Martín, Amparo Zaragoza y Beatriz Esquisabel. Y las bibliotecarias Lucia Palacio y Theresa. De todos ellos he aprendido mucho y les estoy muy agradecida”